Por: Diana López dlopez9214@gmail.com, Marco Varela / muve20.u@gmail.com
Edgardo Mejía, uno de los residentes del Hogar la Esperanza, es un hombre de 49 años de edad, con una mirada triste y una sonrisa dibujada en su rostro moreno, lleno de cicatrices que no puede ocultar y que dejan abierto su pasado colmado de tinieblas y sufrimientos.
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Don Edgardo es de nacionalidad nicaragüense, estando allá y siendo un menor de apenas seis años de edad fue abusado sexualmente por uno de sus vecinos.
Esto, abonado a la falta de educación y extrema pobreza, le hizo inclinarse a sentir atracción a personas de su mismo sexo y a los 9 años él aceptó ser homosexual.
Su familia nunca le admitió que fuera “gay” y eso lo llevó a vivir en la calle, trabajar como travestido y consumir drogas. A los 19 años, intentó suicidarse por presión social, pero sin tener éxito y años después, se vino a vivir a Costa Rica con su madre.
¿Cuándo vino a Costa Rica, donde vivía?
En Guácimo, Limón.
¿Es usted portador del VIH o enfermo con el SIDA?
Soy portador de VIH.
¿Hace cuantos años fue diagnosticado?
Fui diagnosticado con SIDA en 1997, hace 15 años.
¿Cuál fue la reacción de su familia a la hora de la noticia?
Estaba con mi hermano, pero todos se llenaron de depresión.
¿Qué duele más: la discriminación social o estar enfermo con este mal?
La discriminación, porque a estas alturas existen muchos perjuicios y tabúes.
¿Qué significado toma la vida ante este escenario?
Cuando uno asimila la situación ya tiene otra perspectiva de la vida, antes era mucha fiesta, ahora debo llevar otro ritmo de vida, ahora debo tener más responsabilidad y abstinencia por el mismo miedo de alguien me va a reprochar.
¿Vale de algo poseer amigos y familia cuando se tiene esta enfermedad?
Casi no, porque siempre a veces las mismas amistades (aunque yo sea honesto) me han rechazado, lo que ahora trato es mantenerme más apartado para evitar el rechazo de las personas.
¿Si volviera a nacer, pediría volver a tener esta enfermad?
No, porque esto no es nada agradable, porque no es agradable estar tomando muchas pastillas y también por ese miedo de no saber que me puede pasar en el futuro. Pero si yo tuviera la oportunidad de volver a nacer seria más cuidadoso con mi vida.
¿Cuál es su mayor sueño o anhelo en esta vida?
No, la verdad no tengo ninguno, he llevado una vida muy golpeada y ahora vivo por vivir, ya lo demás que sea lo que Dios quiera.
En pocas palabras ¿cómo definiría su vida?
Pesimista, depresiva y amarga.
Un Hogar que alberga Esperanza
