Con una mañana muy fresca, y poco sol, una banca frente a la plaza de fútbol en San Josecito de San isidro de Heredia, nos esperaba para encontrar a Miguel Signes Llopis, entrenador de canes y presidente de honor de la Asociación de Intervenciones Asistidas con Perros (AIAP).

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Miguel, propio de un buen español, resaltó por su acento y también por sus bromas al ver la cámara. “Espero no dañar tu cámara cuando empieces a grabarme”, carcajeaba.

Signes, luego de bacilar, comenzó a contarnos sobre la asociación: “Somos una organización española sin fines de lucro que desea ayudar y mejorar el estilo de vida de personas con discapacidades y necesidades especiales por medio de la asistencia de ayuda de canes entrenados por nosotros mismos”. 

¿Qué lo llevó a escoger Costa Rica como destino para vivir y establecer a AIAP?
- Fue porque me llamó mucho la atención que es un país que no tiene ejército y es muy tranquilo para vivir y trabajar con esta Asociación.

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​¿Por qué la idea de ayudar a personas con discapacidad?

- Siempre me ha gustado trabajar con animales y entrenarlos para que ellos hagan un bien, y siempre tuve la inquietud de ayudar a personas con necesidades.

¿Cuáles han sido sus mayores obstáculos con este proyecto?
- El estado casi no nos da mucho apoyo de legalidad porque todavía la ley 7600 no se  ha ampliado para legalizar a los entrenadores de perros. Además es muy difícil ver como muchos maltratan a los animales y no se hace mucho para intervenir en ello.

¿Qué lo motivo a ser entrenador de perros?
-Porque soy un hombre que ama y respeta a los animales.

¿Cree que también sea porque Dios le dio ese don?
- No. (sonríe) Dios no me ha dado ningún don. Yo no soy ningún César Millán.

¿A qué se dedica en su tiempo libre?

- Yo no tengo tiempo libre, siempre paso muy ocupado con los perros y haciendo muchas cosas de la Asociación, que me quitan el tiempo libre, pero así estoy muy bien.



¿Qué es lo más bonito de todo esto?

La sonrisas de los niños con autismo, ver como no se comunican con sus padres y con la gente en general, y luego ver como con un perro miran, hablan, tocan. Eso es maravilloso y realmente motivador.

¿Qué le gustaría cambiar de la sociedad costarricense, si tuviera la oportunidad?
- Me gustaría que cambiara la cultura de la gente.